En nuestra perspectiva, el branding va mucho más allá de la estética, un logo atractivo o una narrativa cautivadora. No se trata simplemente de una apariencia; es, ante todo, un diálogo continuo y bidireccional entre la marca (el negocio) y el cliente (el consumidor). Este diálogo se extiende de manera multidireccional, abarcando incluso a aquellos que están fuera de nuestro mercado objetivo, ya que también son interlocutores que influyen y responden. Las marcas están constantemente "hablando", emitiendo mensajes de manera objetiva y subjetiva. Del mismo modo, los consumidores interactúan y responden, creando así una dinámica dialéctica. En este sentido, el branding se construye de manera ideológica y en el tiempo, en un espacio donde convergen el significante y el significado de nuestra marca. Es en este diálogo constante donde los sujetos, en su condición de seres sociales, participan y reinterpretan el mensaje, en función de sus propias experiencias y de las relaciones s...
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